Mes: febrero 2014

TASKSCAPE

Madrid en verano, Murcia en invierno. Una climatología diferente, inviernos fríos y secos y verano agradable, Madrid, y por otro lado, inviernos suaves y agradables y verano tórrido y pegajosos, Murcia. Y entre ellas un camino, una carretera con un paisaje siempre cambiante pero espectacular, el de la tierra de Castilla.
Nuestro contexto es doble, por un lado, el bullicio y la actividad frenética de una capital europea, incontrolada, difícil de manejar donde el tiempo pasa muy deprisa. Por otro lado, Murcia, una capital de provincias, tranquila, sosegada bañada por el frescor de la huerta, con un paisaje siempre verde a pesar de la sequedad de esta zona del sureste español.
Un solar en el centro de Madrid, una parcela en el extrarradio de Murcia. Antagonismo, pluralidad, cambio.
El ruido de los coches, el sonido de la gente caminando por las calles, en una carrera frenética por llegar a no sabemos donde, ruido de bares, de cafés, de comercios, y un colapso óptico por una sobreinformación publicitaria dan paso a una vida contemplativa, en contacto con la naturaleza, con el medio ambiente, donde la información hay que buscarla.
Una vida entre dos mundos tan parecidos y tan diferentes.
(JOSÉ MARTÍNEZ JIMÉNEZ)

EL MITO DE SANCHO

Son las 10 de la mañana de un día cualquiera, de repente surge una pregunta; ¿Dónde va toda esa gente?. Son un grupo de personas pertenecientes a una plataforma anti-desahucios, que se dirigen hacia la casa de Julia para evitar que el banco la eche de su casa.
Julia es una inmigrante italiana, que como otras muchas personas, llegó a nuestro país por amor, tras encontrar trabajo junto con su pareja, decidieron fundar una familia y comenzaron a buscar una vivienda en alquiler, pero tras coincidir con un director de banco, éste les dijo que en los tiempos en los que estábamos era más rentable comprar que alquilar, y que él se ocuparía de todo, a los pocos días ya eran propietarios de una vivienda (con una gran hipoteca a 40 años claro). Todo iba viento en popa en la vida de nuestra pareja y decidieron tener familia y a esto que nació su hija, que no venía con un pan debajo del brazo precisamente. Todo se trucó en un instante, con la muerte prematura del padre en un accidente laboral, vino la crisis y Julia se quedó sin trabajo y sin recursos para poder mantener a su hija y poder pagar la hipoteca, por lo que el bancó ejecutó el embargo y el juzgado iba a proceder con el desahucio de Julia.
Una vecina de Julia se enteró del problema y se lo comentó a su párroco Sancho. Sancho era un sacerdote inquieto, que cansado de escuchar los problemas de la gente y encomendarse a Dios, decidió pasar a la acción y ayudar en lo que pudiera a los demás, es por ello que reunió a todas las personas que conocía y les propuso una buena acción, defender la vivienda, y la dignidad de Julia, por lo que se pusieron en marcha y bloquearon la entrada a la vivienda y forzar de esta manera una reunión con el banco, a los que les propuso un acuerdo. Si le quitaban la casa a Julia, ésta se quedaría sin un techo y el banco con un problema, por lo que sería mejor flexibilizar el pago a una cantidad moderada que Julia pudiera pagar y de esta manera pudiera conservar su vivienda y el banco pudiera seguir cobrando.
Este no es más que uno de los días de Sancho que harto de permanecer impasible escuchando los lamentos de los demás decide actuar, conjuntamente con otras personas, porque la unión hace la fuerza, y obtener resultados, no de forma violenta sino por la vía de la negociación y la palabra.
(JOSÉ MARTÍNEZ JIMÉNEZ)

LOS PAPELES DE LA CASA

Como introducción al presente artículo, voy  a recordar una viñeta cómica que leí hace muchos años en una revista. En ella se hacía una pregunta. “¿Qué es la arquitectura?”. A lo que el humorista contestaba; “La Arquitectura es la única de las bellas artes obligatoria, ya que podemos vivir sin músicos, sin pintores, sin escultores, pero si quieres una casa donde vivir, te la ha de firmar un arquitecto”.  Esto, que en principio era un chiste, es en realidad una visión que tiene parte de la sociedad, que ve al arquitecto como un mal necesario, impuesto, que lo único que hace es encarecer los costes de la construcción, sin aportar ningún valor añadido al producto, al edificio.

En la zona en la que trabajo, muchos de los clientes que entran al despacho, lo primero que preguntan es; “¿Qué le vamos a cobrar por los papeles de la casa?”. Según ellos, a eso se limita nuestro trabajo, a hacer “los papeles de la casa”. Lo que vuelve a evidenciar un enorme desconocimiento de cual es nuestro verdadero papel, de nuestro rol en el proceso edificatorio.

Cuando alguien quiere construirse una casa, lo primero que hace es hojear las diferentes revistas de diseño que hay en el mercado, y con unas cuantas imágenes, acude a un constructor para que le de presupuesto, y éste es entonces, cuando le dice que tiene que buscar a un arquitecto que le haga el proyecto pues si no el ayuntamiento lo le dará licencia y no podrá construir. Es como aquel que le duele la cabeza y acude primero a la farmacia a preguntar qué se pude tomar para mitigar el dolor, en lugar de acudir al médico que es quien verdaderamente puede realizar un diagnóstico y dictaminar un tratamiento.

Pero parece que no es un problema local, ya que según el texto que estamos comentando, esto también ocurre en Estados Unidos, donde se ve al arquitecto como un profesional endiosado, cuyos servicios solo son asequibles para los ricos y que si los contratamos nosotros, nos van a diseñar algo extravagante (monumentos de sí mismo) y que nada tienen que ver con nuestras verdaderas necesidades y gustos y que esos diseños nos va a suponer un elevado sobrecoste, al proponer soluciones constructivas no convencionales alejadas de la construcción tradicional.

TEXTO 1. JUAN, PAQUITA Y AGUSTÍN

La historia de Juan,  Paquita y Agustín, nos muestra tres formas de ver nuestro futuro profesional, que no tiene porqué ser pos-universitario, puede ser en cualquier momento de nuestra vida.

Juan elige un tipo de vida en el que pretende trabajar de lo que le gusta, pero asalariado, con un puesto fijo, seguro. Esto tiene un inconveniente, y es que dependes de los demás, de que alguna empresa o administración te contrate, y no eres tú el que elige su destino.

Paquita en cambio elige ganarse la vida como sea, da igual que le guste el trabajo que está realizando o no, pero también depende de herramientas externas, por lo que tampoco tiene el control total de su empleo.

En cambio Agustín, elige crear sus propias herramientas y encima colaborando con una comunidad, trabajo en equipo, que a la vez que obtiene información y recursos de los demás, también aporta los suyos propios, por lo que el valor de ese colectivo va aumentando constantemente a la vez que el suyo propio, y el si tiene las riendas de su futuro.

Realmente pienso que todos somos innovadores aunque nos de miedo a expresar esas innovaciones bien por inseguridad o por miedo al ridículo y al fracaso, cobardía.

Encontrar un bien común para involucrarnos en comunidad significa que encontremos «algo» que nos produzca satisfacción el poder realizar a la vez que contribuitivo al resto de las personas pues ello nos repercutirá positivamente en nuestra vida.

Cuanto más nos involucremos mayor será nuestro reconocimiento social y mayor nuestra satisfacción personal.

Mis capitales en estos momentos son mi experiencia en el sector de la cosntrucción desde un punto de vista puramente pragmático y me gustaría que fueran un dominio total sobre la arquitectura en todas sus formas, no solo prácticas.